Quién no ha escuchado que el agua de limón promueve la pérdida de peso? Ese es el haz bajo la manga de todas las tías!
Ha sido un remedio casero para que la báscula nos muestre un par de kilitos menos en relativamente poco tiempo.
El problema es que, aunque efectivamente pueda ayudar con la pérdida de peso, pocas personas conocen la verdad detrás de ello.
Sí, esas dietas basadas en el agua de limón, el agua de piña, y hasta la del agua de mípalo pueden ayudar a perder peso, pero básicamente lo hacen porque la mayoría de personas que comienzan a incluir ese tipo de estrategias terminan eliminando gran parte de los macronutrientes que consumen normalmente, y entre ellos, los carbohidratos.
Recordemos que cada gramo de glucógeno que se almacena en nuestro hígado y en nuestros músculos debe almacenarse con 3 gramos de agua en promedio. El chiste se cuenta solo!
Si disminuimos nuestro aporte de carbohidratos y por ende se ven disminuidas nuestras reservas de glucógeno, pues vamos a perder peso rápidamente! Ya que también va a disminuir el agua con la que ese glucógeno se almacena (Kreitzman., et al., 92).
Lo que nadie les cuenta a las tías es que ese peso NO ES GRASA! Y que cuando retomen sus hábitos alimenticios (porque esa dieta del agua de limón claramente no va a durarle para siempre), el glucógeno se va a recuperar, y con él, el agua con el que debe almacenarse. Es decir: otra vez se va a recuperar el peso perdido.
Por eso, parce, si Ud. conoce a alguien que esté obsesionado con perder unos kilitos, mejor recomiéndele que se enfoque en perder grasa corporal, y sin lugar a dudas la mejor estrategia que puede seguir para ese fin, va a ser mediante el entrenamiento (principalmente de fuerza) y una dieta calculada de acuerdo a sus requerimientos individuales! NO HAY ATAJOS.